La llamada Marcha de las Mujeres, que en un inicio había sido convocada en Washington en contra del nuevo presidente de Estados Unidos, se replicó en ciudades de los cinco continentes
WASHINGTON/LONDRES/TOKIO.- En una movilización sin precedentes, cientos de miles de mujeres marcharon el sábado en varias ciudades de todo el mundo para expresar su repudio al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
De Washington a Nueva Dehli, las manifestantes condenaron la retórica sexista y racista de Trump, quien, desde el inicio de su campaña electoral, ha denigrado a minorías, religiones y grupos raciales.
Inicialmente, la denominada ‘Marcha de las Mujeres’ (Womens March, en inglés) había sido convocada en Washington, pero los alcances de la protesta rebasaron fronteras y continentes debido al rechazo global que ha generado el magnate neoyorquino con sus discursos.
“En el espíritu de la democracia y en homenaje a los campeones de los derechos humanos, la dignidad y la justicia que nos precedieron, nos unimos en nuestra diversidad para mostrar nuestra presencia en números demasiado grandes para pasarlos por alto”, dice la declaración de los organizadores estadunidenses.
En Washington, desde primera hora, miles de personas, incluidos hombres, comenzaron a congregarse en el centro de la capital estadunidense.
Más de 2 millones de personas protestaron en todo el mundo, en alrededor de 670 marchas.
Los organizadores informaron de la asistencia de hasta 500 mil personas en Washington, en lo que fue una de las manifestaciones más concurridas de la historia de Estados Unidos.
En todo el mundo se planearon unas 670 marchas, según el sitio web de los promotores, más de 2 millones de manifestantes protestaron contra Trump, quien juró el viernes como el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos.
Varias de las protestas pasaron o tuvieron lugar cerca de las embajadas y los consulados de Estados Unidos.
Celebridades como Scarlett Johansson, Katy Perry, Julianne Moore o America Ferrera fueron algunas de las impulsoras de la marcha.
Decenas de grupos que representan una inmensidad de temas se unieron para patrocinar el evento, que también se replicó en ciudades de todo el territorio estadunidense como Nueva York, Filadelfia, Chicago, Boston, Denver, Oregon, Los Ángeles, Salt Lake City, entre otras.
La marcha, ideada por la abuela hawaiana Teresa Shook, fue pensada como un escape para mujeres y hombres que se consideran feministas, para ventilar la frustración y ansiedad provocada por la victoria de Trump.
En la Ciudad de México se realizó al mediodía una protesta feminista frente al Ángel de la Independencia.
Sin embargo, el descontento fue mundial.
En Europa, decenas de miles de personas se movilizaron en capitales como Ámsterdam, Londres, París, Berlín, Praga, Roma, Belgrado, Atenas, Oslo, Sofía, Viena, Dublín, Varsovia, Estocolmo, Madrid y Zagreb, aunque también se registraron concentraciones en otras ciudades menores del viejo continente.
“!Marchamos sobre los hombros de nuestras madres y nuestras abuelas. Mujeres que lograron grandes victorias por nosotras, para lograr un salario equitativo, derechos para abortar, leyes contra las violaciones, y bajas de paternidad y maternidad”, declaró la diputada británica Yvette Cooper en Londres.
Asímismo, la manifestación feminista se ha propagado a varias ciudades de Asia como Tokio, Manila, Calcuta, Nueva Dehli, Bangkok y Seúl.
“Protestamos contra las declaraciones discriminatorias e irrespetuosas de Donald Trump durante su campaña electoral, y queremos mandar un firme mensaje al mundo en el día de su toma de posesión”, señalaron en un comunicado conjunto varias organizaciones surcoreanas defensoras los derechos de las mujeres.
De igual forma, en Sidney, Australia, miles de personas marcharon en solidaridad a través del parque Hyde de la ciudad. Un dirigente dijo que el odio, los prejuicios y el racismo no son problemas exclusivos de Estados Unidos. En Nueva Zelanda también hubo protestas similares.
En Ciudad del Cabo, Sudáfrica, una marcha feminista se llevó a cabo frente al consulado de Estados Unidos. En Kenia, cientos manifestantes protestaron contra Trump en Nairobi, la capital.
A pesar de las distancias y los idiomas, las protestas coincidieron en rechazar el sexismo, el odio y la desigualdad de género, y en su lugar abogaron por el amor, la fraternidad y la prevalencia de los derechos humanos.
Encuestas recientes en Estados Unidos indican que los niveles de popularidad de Trump son más bajos que los de cualquier otro presidente entrante desde los años setenta.
Ni Trump ni su equipo se pronunciaron sobre las movilizaciones.
La marcha feminista se realizó un día después de que la capital estadunidense fue sacudida por una violenta protesta contra Trump, con encapuchados que rompieron ventanas, incendiaron vehículos y se enfrentaron a la policía antidisturbios, que respondió con granadas de aturdimiento.
El origen
Todo surgió con una idea de una abogada jubilada de Hawai, Teresa Shook, y luego creció como bola de nieve en las redes sociales.”¿Y si las mujeres desfilaran masivamente en Washington durante la investidura?”, preguntó. Cuando fue a acostarse, tenía 40 «Me gusta». Cuando se despertó, más de 10.000, y el llamado siguió creciendo.
Es la primera vez en 40 años que un mandatario recién elegido tiene una popularidad tan baja, de apenas 37%, según un sondeo de CBS News. Aunque Trump ganó la elección con 308 votos del colegio electoral, Hillary Clinton ganó el voto popular, con casi tres millones de sufragios más que su rival.
La derrota inesperada el 8 de noviembre de Hillary, que esperaba convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos, fue para muchas un gran golpe. Unas 225.000 personas habían confirmado su participación en la página Facebook de la marcha, y otras 250.000 dijeron estar interesadas en hacerlo. Al menos 1200 colectivos han pedido permiso para estacionar cerca del Mall.
Un gorro rosa
«Apenas una semana después de la elección de Trump, me compré el billete de colectivo para venir a Washington a la marcha. Para mí, es una cuestión de activismo pacífico», dijo Cecile Scius, una manifestante de 33 años de Queens, Nueva York, que tiene cuatro hijos.
Como miles de manifestantes, Scius visitó un gorro de lana rosa con dos orejas de gato, que fue tejido por vecinas de su barrio de Sunnyside y que se ha convertido en nuevo símbolo del desafío al nuevo gobierno.
Los «pussy hats», como les llaman, son gorros con orejas de gato: es un juego de palabras ya que «pussycat» es gatito y «pussy» es vagina, con un tono peyorativo.
La palabra recuerda directamente a un audio de 2005 filtrado en la campaña electoral en el cual el futuro presidente, conocido por su retórica polémica y divisiva, aseguraba que «cuando eres una estrella, (las mujeres) te dejan hacerlo. Puedes hacer lo que quieras. Puedes agarrarlas por la vagina».
En los días previos a la toma de posesión de Trump hubo otras protestas en Washington, donde ayer, coincidiendo con la ceremonia, se produjeron incidenets y fueron detenidas más de 200 personas, según las autoridades. (Agencias)