La decisión tomada el pasado jueves 23 de junio por una mayoría en Gran Bretaña, con el fin de abandonar la Unión Europea, ha dejado de manifiesto la interconexión que tienen muchas de las economías del mundo y que las medidas que se tomen por una nación tienen consecuencias en otras latitudes, lo que es conocido como globalización.
México es de los países que más ha resentido negativamente en su economía la elección hecha por los habitantes de la isla europea, el llamado “Brexit” (contracción de Britain y “exit”) ya que a unas horas de saberse el resultado del referéndum, la moneda mexicana ya se depreciaba de manera importante.
La depreciación del peso frente al dólar es solamente una de los problemas que tendrá la economía mexicana por la decisión que tomaron los británicos de que la Gran Bretaña deje de ser miembro de la Comunidad Europea. .Otros factores que provocaron distorsiones financieras es la posible alza de tasas de interés en el país azteca, así como problemas en el flujo comercial y de inversión entre las dos naciones así como en las expectativas de crecimiento para este año.
El Secretario de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray Caso, ante los acontecimientos provocados por el Brexit, decidió aplicar un segundo recorte al gasto público en el presente año, en este caso por monto de 31 mil 715 millones de pesos.
Para el titular de la secretaría de hacienda, el ajuste presupuestario a la baja se hace para asegurar el cumplimiento de la meta de carácter fiscal, que disminuyan los requerimientos financieros del sector público.
El recorte presupuestario anunciado el pasado viernes 24 de junio, es el segundo en este año; en febrero pasado el gobierno federal informó de un ajuste a la baja del gasto público por 132 mil 300 millones de pesos, de los cuales 100 mil millones de pesos fueron aplicados a Petróleos Mexicanos (Pemex).
La disminución en el presupuesto que se hizo un día después del Brexit, se dijo que solo sería de gasto corriente del sector central del gobierno, pero en definitiva sí afectará programas y proyectos de infraestructura.
El ajuste al gasto público impactará negativamente sobre todo al sector educativo y de salud, con lo que habrá menos infraestructura escolar y material didáctica, en los centros de enseñanza y se tendrá una disminución de recursos para la compra de medicamentos y material quirúrgico en hospitales y clínicas del sector público.
Las empresas privadas que son proveedoras del sector público, también se verán afectadas, por este recorte presupuestario, lo que les traerá consecuencias negativas en sus finanzas y muchas de ellas tendrán que hacer recortes de personal.
En los últimos 30 años ha sido evidente la fragilidad y debilidad de la economía mexicana, que es afectada negativamente por cualquier acontecimiento que suceda en cualquier parte del mundo llámese Breixt, baja del precio internacional del petróleo o crisis hipotecaria en Estados Unidos, entre otras y lo más lamentable es que es la misma “medicina económica” con lo que se enfrentan estas coyunturas, las mismas personas (Francisco Gil Díaz, José Antonio Meade, Agustín Carstens, entre otros).
Los lugares comunes del discurso oficial, frente a las turbulencias internacionales, es que se tiene estabilidad macroeconómica, que el país dispone de fundamentos sólidos y las variables están bajo control, siendo lo peor del argumento cuando afirman que México está preparado, para resistir el entorno de volatilidad financiera internacional, por lo que habrá un mínimo de afectaciones, por lo que solo será un “catarrito”.
Las autoridades responsables de la conducción económica del país ya sean de las administraciones panistas como las priistas, hablan siempre de que se cuenta con gran cantidad de reservas internacionales, una banca bien capitalizada y baja inflación para resistir la turbulencia internacional, pero al fin de cuentas no hay crecimiento económico, pero sí hay aumento de la pobreza y la deuda pública.
El Brexit ha puesto en evidencia, al igual que otras crisis la fragilidad y vulnerabilidad de la economía mexicana y la justificación es que otros países, sufren igual o peor los estragos de esta volatilidad, cosa que no es siempre cierta.
Brasil que tiene una economía similar a la de México y que atraviesa actualmente por una crisis política y social muy difícil, unas horas después del anuncio de que la Gran Bretaña dejaba la Unión Europea, su moneda el real, se apreciaba frente al dólar en un 3 por ciento, mientras que el peso se depreciaba 3.1 por ciento frente a la divisa estadounidense, el peso chileno y el sol peruano, también se apreciaban.
Los motivos por los que la economía mexicana es tan susceptible a las turbulencias financieras internacionales, se deben a varios aspectos como son:
1)La concentración de la producción y de los mercados, en muy pocas empresas privadas que muchas veces detentan el monopolio en varios sectores.
2)La desigualdad económica que provoca aumento de la pobreza y marginación social y que haya un mercado interno débil en el país, además de baja expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
3)La dependencia de las divisas provenientes de la venta de petróleo crudo en el exterior y el gasto de estas en gasto corriente.
4)La poca inversión pública en infraestructura productiva, que nos haga menos dependientes del exterior.
5)El aumento de la deuda pública tanto interna como externa. La deuda actual ya representa el 48.2 por ciento del PIB.
6)El excesivo crecimiento de la economía informal, más de la mitad de la Población Económicamente Activa (PEA) está en la informalidad, lo que los hace tener una condición vulnerable sin prestaciones laborales y sin derecho a una pensión.
7) La violencia y el crecimiento del crimen organizado en varias zonas del país, inhiben la inversión.
8)El sistema educativo actual del país es deficiente y desigual, además de no estar enfocado por regiones, lo que hace que no se tengas muchas veces la mano de obra adecuada, ni se pueda llegar a una productividad mayor.
9)La corrupción tanto en gobierno, como el sector privado frena la inversión y afecta la producción.
La conclusión es que se tienen que cambiar muchas cosas en México, para que haya crecimiento y bienestar económico para la mayoría de la población y se deje de ser altamente vulnerable a la volatilidad financiera internacional.