Naciones Unidas muestra su «profunda preocupación» por la «impunidad en que se ha sumido el caso» y pide que se revise la responsabilidad de los jefes militares mexicanos
La credibilidad de México anda por los suelos. Naciones Unidas, por segunda vez en un mes, ha lanzado una advertencia contra el país por su incapacidad para imponer la justicia en asuntos de derechos humanos. Si en abril le llegó un varapalo por su gestión de Iguala, ahora le ha tocado el turno a la matanza de Tlatlaya. La reciente exoneración de los militares implicados en la supuesta “ejecución extrajudicial” de al menos 12 civiles ha llevado al Alto Comisionado de Naciones Unidas ha declararse “profundamente preocupado” por la “impunidad” y a tocar la fibra más sensible del Estado mexicano: las Fuerzas Armadas. En una inhabitual declaración, la ONU exige que se investigue a los “altos mandos” por su posible participación en las muertes y su encubrimiento