José HANNAN ROBLES
Fotos: Jairo ARAGÓN
Desde hace 10 años, Carolina Gómez Balderas a través de la Fundación Oaxaqueña de Equinoterapia (FOE) que preside, se ha dedicado a brindar atención integral a niños, jóvenes, adultos y personas de la llamada tercera edad, con discapacidad, parálisis cerebral, síndrome de Down, síndrome West, problemas cerebrales, problemas de conducta, problemas de lenguaje y dislalia.
Recuerda que la atención brindada inicialmente era para niños con problemas de medicina física, pero ante la demanda y las necesidades de la población aceptaron jóvenes y adultos, teniendo actualmente personas de la tercera edad.
La licenciada en terapia física, explicó que se trabaja con niños autistas, trastorno psicológico que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y, la progresiva pérdida de contacto con la realidad exterior; con jóvenes con problemas emocionales, como incapacidad de aprender, que no puede explicarse mediante factores intelectuales, sensoriales, o de salud, incapacidad de formar parte o mantener relaciones interpersonales con sus compañeros y profesores.
También se brinda atención a niños con problemas de conducta, desobediencia, rabietas, negativismo, entre otros que forman parte de los trastornos de conducta más habituales durante la infancia; problemas por separación legal de los padres, divorcio, que genera en el menor, estados emocionales muy fuertes.
“Tenemos el caso especial de un niño que hablaba, pero después de los tres años quedó mutista, gracias a Dios luego de siete sesiones ya empezó a volver a hablar”, comentó con satisfacción.
El mutismo es la incapacidad para hablar no provocada por lesiones en las cuerdas bucales.
La fundación también atiende a personas con síndrome de Down, que es un trastorno genético en el cual un individuo tiene 47 cromosomas en lugar de los 46 usuales; con síndrome de West o síndrome de los espasmos infantiles, consistente en una encefalopatía de la infancia grave y poco frecuente, entre otros desórdenes.
Refirió el caso de una persona de la tercera edad, que acudió a la fundación en busca de alivio por sufrir insomnio, la cual una vez valorada por la psicóloga se le dio acceso, actualmente experimenta alivio en su falta anormal de sueño y dificultad para conciliarlo.
¿Cómo nació la fundación?
Carolina Gómez Balderas, quien prestó sus servicios por casi 30 años en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sabe perfectamente lo doloroso que es que los niños lleguen a realizar su terapia, lo que les provoca temor y llanto.
Recuerda que en una ocasión le tocó atender en el IMSS, a una niña de nombre Andrea que tenía cuatro años, quien sufrió un accidente junto con sus padres en una motocicleta.
A la pequeña le pasó sobre la piernita la llanta de un pesado camión, habiendo necesidad de amputársela arriba de la rodilla.
“platicando con la niña le dije que si quería ver montar a mi hija, salimos del hospital cargando a la niña con su muñón vendado, llegamos al lienzo charro de don Javier López Mendieta, antes
les había dicho que iba a llevar a la niña que no la mataran con la mirada, que no la observaran, que la tomaran como cualquier otro niño.
Ella insistía en querer montar, cuando terminó mi hija aproveché para que lo hiciera. Fue mi primer paciente, ahora ella está en Prepa, quiere estudiar medicina”.
El hecho se lo comenté a una amiga pediatra, Blanca Ramos Cristian, a cuyo consultorio llegó un paciente con síndrome de Down, sus padres me buscaron para que recibiera equinoterapia.
En la equinoterapia los niños no lloran por el contrario les provoca alegría porque aumentan las endorfinas, se duermen en el lomo del caballo, se agarran de la crin del equino y no se quieren despegar de él, narra.
¿Qué es la equinoterapia?
Gómez Balderas, quien dice que es de Sinaloa y, su familia siempre ha andado a caballo, su hija es veterinaria y le nació el gusto por los jacos, le compró un caballo y entró a la escaramuza, explicó que la equinoterapia es el uso del caballo como medio terapéutico con las técnicas de terapia física, de la terapia ocupacional y de terapia de lenguaje o psicología.
La equinoterapia o las terapias ecuestres son tratamientos que utilizan caballos para realizar actividades con la finalidad de contribuir positivamente al desarrollo cognitivo, físico, emocional, social y ocupacional de las personas que sufren algún tipo de discapacidad o necesidad especial, añadió.
Esta terapia, se utiliza desde los años cincuenta y sesenta, conociéndose sus ventajas desde tiempos muy antiguos.
Hipócrates, aconsejaba la práctica de la equitación para mejorar el estado anímico de las personas con enfermedades incurables.
La entrevistada, explica, que la equinoterapia tiene un principio: el caballo camina igual que nosotros, no se utiliza silla sino galopador o una manta así el paciente percibe los movimientos e impulsos que le manda el animal.
Al caminar nosotros igual que el caballo, nuestro sistema nervioso central lo percibe, le está mandando señales, información al cuerpo y por lo tanto el cuerpo busca el equilibrio, se controla para no caer, hacía la derecha, hacía la izquierda, delante o atrás, eso da al sistema nervioso central un estímulo y viene la respuesta “no me caigo me hago en sentido contrario, es un estímulo que recibe el cerebro”.
La equinoterapia es una alternativa terapéutica que aprovecha los movimientos del caballo para tratar diferentes tipos de afecciones. Es un tratamiento que busca el movimiento multidimensional del caballo. Es un entrenamiento especial físico, que se puede usar terapéuticamente como tratamiento médico, para pacientes con disfunciones de movimiento y otras enfermedades.
El caballo tiene 38 grados de temperatura, en medicina física y rehabilitación, se usa hidroterapia, ultrasonido, lámparas, diatermia, todo con calor y aquí lo tiene el caballo, señala.
Otra cosa que es sensacional, expresa, es que el caballo manda 120 impulsos en aproximadamente un minuto de camino, al ir trotando realiza ciertas contracciones musculares que percibe el cuerpo.
El caballo se selecciona cuidadosamente por sus movimientos y su comportamiento. El paciente puede adoptar diferentes posturas en el caballo en diferentes sesiones, según lo indique el terapeuta.
Se han atendido a pacientes
De diferentes partes del país
La Fundación Oaxaqueña de Equinoterapia ha ampliado su prestigio a muchas partes de la República, generando que tenga pacientes de Chiapas, Veracruz, Puebla, así como del interior de estado como Tehuantepec.
Indicó que capacitó a un compañero médico del IMSS, quien tiene una niña con parálisis cerebral, a quien le regaló una yegua que se llama Catrina, se la entregó con su galopador, freno y entrenada, pidiéndole a cambio que apoyara a todos los niños con algún trastorno que reclame equinoterapia.
Entre los proyectos que tiene es llevar la equinoterapia a los asilos, solo que falta apoyo económico, lamentó.
Parte de su jubilación se va en
El mantenimiento de la fundación
La fundación cuenta con siete caballos, seis grandes y uno de un mes.
Ellos son: Sicarú, palabra zapoteca, que significa bonito, él forma parte del aprendizaje. Es el primer caballo que compraron, fue adiestrado para la equinoterapia o terapia ecuestre. Solín, de mamá árabe y papá de un cuarto de milla.
Canica, es una yegua que ha dado tres potrillos, uno está en arrendamiento; Emperador, de dos años de edad, y Spirit, de un mes, Pachuco es un poni de origen portugués.
Se tienen que adiestrar, no cualquier caballo puede ser un caballo terapeuta, dice.
La federación, es representante nacional ante la Federación Mexicana de Terapia Ecuestre.
Parte de la pensión que Carolina Gómez Balderas recibe del IMSS, se va en gastos de alimentación de los caballos y mantenimiento de las instalaciones, ya que no recibe ayuda de ninguna instancia oficial.