Como ha venido sucediendo desde hace más de 30 años, el festejo de los llamados “albañiles”, en el día de la Cruz, en esta ocasión parece haber pasado un tanto desapercibida, ya que en las escasas obras en la que se hallan laborando, apenas hubo una cruz y alguna celebración.
Pero los grandes agasajos de lo que eran objeto cada 3 de mayo, parecen haber quedado en el olvido, pues como los aseguran los mismos obreros dedicados a pegar blocks, tabiques, hechura de aros para los castillos, de lo que se encargan los fierreros, revoltura de mezcla a cargo del chalan o ayudante, levantamiento de cimbra, colado de techos, pegada de losetas, drenajes, cimientos y demás trabajos, ya nada es igual.
Ya que pareciera que de ellos se han olvidado, ya que como en la película precisamente de “Los albañiles”, construyen casas y ninguna es de ellos, por lo que muchos desilusionados se refugian en el alcohol, ya que cada sábado, luego de recibir el pago correspondiente por la semana laborada, se dirigen a algún depósito o cantina, para ahogarse en cerveza o licor.
Aunque muchos, logran edificar sus viviendas, aquellos que se aplican para poder contar con un techo donde vivir junto con sus familias, aunque sea precariamente por el hecho de que el trabajo en ocasiones no es fijo o continúo, ya que cuando se termina una obra, hay que peregrinar para encontrar otra en la cual puedan ser contratados.
Lo que ha dado como consecuencia, como lo comenta el maestro Clemente Cruz, quien ha sido albañil toda su vida, quien pese a su edad, sigue siendo solicitado para trabajos de construcción y remozamiento de casas, locales y demás obras que le son encomendadas, para lo cual hay veces que tiene que cobrar menos de lo que se acostumbra, con el fin de tener trabajo, pues este se ha escaseado.
Además señala que hay que competir con los foráneos, que son contratados por empresas constructoras que se arreglan con las empresas comerciales como las que han venido y siguen invirtiendo en Tuxtepec, pero pese a ello, el trabajo del albañil, es un trabajo pesado, pero noble, que da para comer cuando se sabe trabajar.
Y es que ahora, las cosas han cambiado, pues muchos contratistas o dueños de empresas constructoras, se quejan de la falta de recursos y pagos oportunos de las obras, por lo cual no pueden ofrecerle en mucho de los casos, el convivio esperado cada mes de mayo.
Por lo que con nostalgia, recuerda, como anteriormente el residente, encargado o constructor de la obra en la que estuvieran trabajando, les procuraba una comida, aunque hay quienes ni los refrescos y mucho menos las chelas les ofrecen, por lo que los festejos ya no son como antes, cuando su día era realmente celebrado con carnitas, licor, aguardiente y cervezas.
