Agencias.- Recién llegado tras un año en el espacio, el astronauta de la NASA Scott Kelly dijo que le duelen los músculos y las articulaciones. Su piel está tan sensible que le arde cuando está sentado o camina. Y no logra encestar un tiro en el basquetbol.
Está sorprendido. Después de su misión espacial previa que duró cinco meses, no se sintió para nada tan cansado ni adolorido como ahora. Y ya perdió los 3,8 centímetros (1,5 pulgada) de estatura que ganó en el espacio, casi en cuanto se puso de pie en Tierra firme.
Kelly regresó el miércoles de la Estación Espacial Internacional, con lo que puso fin a una misión de 340 días que fijó un récord para Estados Unidos. Se tardó un día entero en regresar de Kazajistán a Houston. Ahí fue cuando comenzaron los dolores y molestias.
Asistió a su primera conferencia de prensa tras el viaje el viernes, donde atrajo a una multitud en el Centro Espacial Johnson.