José HANNAN ROBLES
Carlos Daniel, nació en Pinotepa Nacional, en la costa oaxaqueña. Se encuentra internado en el Centro de Ejecución de Medidas para Adolescentes.
Dijo a Real Politik, que el error que cometió quedó atrás, que ahora tiene otra forma de pensar y de ver la vida.
“Siento que valgo mucho, mi vida vale mucho, quiero vivir muchos años, voy a hacer lo que yo quiera, lo que yo me proponga, siempre y cuando no perjudique a nadie más”.
Sereno, convencido de sí mismo, comenta que quiere terminar una carrera, le interesa estudiar administración de empresas. Está estudiando un diplomado de habilidades para emprender un negocio, esto a través del sistema de línea con el Instituto Tecnológico de Monterrey.
También estudia el bachillerato con maestros del Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca (COBAO), quienes imparten clases a jóvenes que permanecen en el Centro de Ejecución de Medidas para Adolescentes.
Cuando cumpla con su castigo desea conseguir un buen trabajo que le dé estabilidad económica, quiere estar lo mejor posible con su familia, convivir más con sus papás y hermanos.
En este centro se encuentran 60 adolescentes, dos de ellos mujeres, procedentes de las diferentes regiones del estado donde cometieron infracción a la ley, informó Alfredo Santiago Aquino, comisionado en la Dirección de Ejecución de Medidas para Adolescentes.
Existen jóvenes de hasta 25 años, porque aunque cometieron la infracción a la ley en su adolescencia al proceso le dieron seguimiento siendo mayores de edad, y tienen que cumplir con su reclusión en este centro, explicó Santiago Aquino, quien indicó que la edad de los internos fluctúa entre los 15 y 22 años.
Los delitos en que los jóvenes incurren con mayor frecuencia, son violación, le siguen homicidio, secuestro y narcomenudeo, al menos las estadísticas de la institución así lo presentan.
Sobre las jovencitas recluidas pesan los delitos de secuestro y homicidio.
El Comisionado manifestó que son diversas las causas que empujan a niños y adolescentes a tener un comportamiento fuera de la ley, estas pueden ser orgánicas, patológicas, fisiológicas, influencia externa, carencia de afecto y mala orientación, haciendo énfasis en estas dos últimas causas.
Consideró en que se potencia las causas y reincidencia cuando hay deserción o rezago escolar. La educación es de suma importancia para tomarla en consideración de manera preventiva.
De acuerdo a observaciones, refirió el entrevistado, muchos de los
jóvenes internos carecen de estudios, pues solamente cursaron el
primero y segundo año de primaria, nunca tuvieron orientación de
sus padres.
“Son pocos los muchachos que provienen de padres donde esté presente la violencia intrafamiliar, la falta de atención para sus hijos provoca que estos incurran en conductas irregulares”.
“Nos han confiado que en sus hogares no hacían nada, no tendían sus camas, no barrían, simplemente se despertaban y se salían a la calle”,
Como lo establece la ley, agregó, los adolescentes desde el momento en que ingresan al centro para cumplir una medida sancionadora o cautelar reciben atención terapéutica y orientación psicológica.
Se les ofrece atención integral, dándole seguimiento durante el tiempo que dure internado el joven, si es necesario se busca apoyo de los especialistas de las instituciones públicas o privadas.
A su ingreso son revisados en el servicio médico y por el psicólogo para establecer los problemas que presentan; de tener alguna adicción, se traza el programa a que serán sometidos para su cura, anotó.
Más adelante, Santiago Aquino expresó que con apoyo de centros de educación formal se impulsa el proceso de educación e inserción social de los adolescentes, hay jóvenes en este centro que cursan desde el primer año de primaria hasta alguna especialidad, como es el caso de dos jóvenes becados que estudian por el sistema a distancia, especialidades en el Tecnológico de Monterrey; maestros del COBAO tienen a su cargo impartir el bachillerato a un número importante de adolescentes.
Doce muchachos laboran en la panadería produciendo 2 mil 300 piezas de pan para la Penitenciaría del Estado y 150 para consumo del centro.
Igual número de muchachos están en el taller de música, otros en manualidades, carpintería o elaborando hamacas.
De acuerdo al reglamente que rige a este centro, los chicos infractores se levantan a las seis de la mañana, proceden a tender sus camas o piedras, como también las llaman, hacen el aseo del dormitorio.
A las ocho horas desayunan, posteriormente ingresan a los talleres donde permanecen de 8:30 a 14:00 horas. En este tiempo nadie deambula fuera de los talleres y salones de clase, comentó, Santiago.
No están permitidas las visitas en entresemana. Los familiares de la mayoría de internos permanecen en sus regiones, por ser gente muy humilde viajan a esta ciudad cada dos, tres o cuatro meses a visitar a sus hijos.
Las dos niñas tienen un área especial donde viven, van a los mismos talleres. Los delitos por los que están son homicidio y secuestro.
El Centro de Ejecución de Medidas para Adolescentes no funciona bajo medidas penitenciarias, porque es muy diferente el trato que deben recibir los jóvenes infractores, aseguró su director.
Al cumplir con su reclusión se les da seguimiento a través del área de externación, que se cerciora que los jóvenes continúen sus estudios o encuentren trabajo.
Aseguró que durante el tiempo que lleva al frente de la institución, ningún adolescente ha reingresado porque salen con principios y valores y gran responsabilidad y la idea de seguir adelante positivamente.
El Gobierno del Estado concede anualmente un presupuesto para el funcionamiento del centro, el cual no recibe dinero en efectivo.
En noviembre pasado el centro albergaba a 73 jóvenes, en este momento tiene 62, 60 varones y dos mujeres, el más chico de 15 años y el mayor 25.
Alfredo Santiago Aquino externó que al recibir esta institución en noviembre pasado, lo encontró muy abandonado, con puertas rotas, la cancha destruida; con apoyo del subdirector jurídico se gestionó hacer la actual cancha profesional, se restauró parte de las estructuras, se ha trabajado con el personal de seguridad y custodia en cuestión de justicia con los adolescentes, el respeto a sus derechos humanos.
Diferentes instancias han impartido cursos, se ha trabajado con el personal del área administrativa dándoles cursos sobre los derechos de los jóvenes, este año se darán dos cursos y conferencias sobre drogas y sexualidad.
Se realizan trabajos de remodelaciones a la institución.
Pese a las carencias se ha logrado avanzar en diversas acciones para continuar con el proceso de educación e inserción social de los adolescentes infractores, afirmó.
Anteriormente, las condiciones eran inadecuadas para que los jóvenes cumplieran con los programas de atención integral y seguimiento requerido para la ejecución de las medidas sancionadoras, al no garantizar una estancia de vida digna, aseveró.
La Ley de Justicia para Adolescentes del Estado de Oaxaca, tiene como misión prevenir la comisión de conductas infractoras tipificadas en las leyes penales del fuero común y del fuero federal, coadyuvar en la adaptación social de los adolescentes infractores y velar por los intereses de la sociedad, a través de la aplicación de sistemas y métodos de investigación especializados, con la aportación de las diferentes ciencias, técnicas y disciplinas, en apego al marco normativo-operativo, al estado de derecho y respeto de los derechos humanos.