José HANNAN ROBLES
La madre, reina y patrona de los oaxaqueños, la Virgen de la Soledad, se celebra el próximo 18 de diciembre.
Miles de creyentes llenos de fe y júbilo, procedentes de todo el estado, llegan hasta su altar en la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Soledad.
La advocación de la madre de Dios en la imagen de la Virgen de la Soledad, tiene un enorme arraigo en el corazón de los oaxaqueños lo que le permite ser venerada hasta en las capillas más humildes de la entidad.
La devoción a la Virgen de la Soledad ha ido creciendo ante el innumerable número de milagros que ha hecho por intercesión ante su hijo Jesús.
El 18 de diciembre de 1617, según la tradición, un arriero que procedía de Veracruz con dirección a Guatemala, al llegar a Oaxaca se dio cuenta que en su recua había una mula de más.
La mula vencida por la carga que traía cayó al suelo cuando transitaba exactamente frente a la ermita donde actualmente se encuentra la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Soledad.
El arriero vio frustrados los intentos que hizo para levantar al animal, procediendo a dar aviso a la autoridad para evitar alguna sanción.
Al ser retirada la carga de la mula, ésta se incorporó y murió al instante. La carga se revisó encontrándose la imagen de la Virgen, acompañada de un Cristo y un letrero que decía La Virgen al Pie de la Cruz.
Así nació la tradición que considera a la Virgen de la Soledad como la Patrona de los Oaxaqueños.
