Agencias
MEXICO, D.F.- El presidente de México, Enrique Peña, cumplió hoy tres años de haber asumido el poder en medio de una baja popularidad, que se revirtió en el último cuatrimestre, al pasar del 34 al 39 por ciento pero con un fuerte rechazo del 58 por ciento de los ciudadanos, según informó el sitio web de ANSA latina.
Se trata de la cifra de aprobación más baja para una mitad de mandato respecto a sus tres antecesores, pues Ernesto Zedillo (1992-2000) acumuló un 60 por ciento, Vicente Fox (2000-2006) un 58 y Felipe Calderón (2006-2012) un 52 por ciento, según reveló una encuesta del diario capitalino Reforma.
El sondeo también fue aplicado a líderes de opinión, que pertenecen al llamado por los especialistas «Círculo Rojo», entre los cuales la desaprobación es del doble (78 por ciento) y la aprobación de casi la mitad (21 por ciento) en el cuatrimestre que va de agosto a noviembre.
En cuanto a la calificación que se otorga a Peña, en una escala de 1 a 10, según la misma compulsa, se ubica en apenas 4.9 (3.7, para los líderes), que contrasta con el 6.7 por ciento de Zedillo, el 6.5 de Fox y el 6.3 de Calderón.
Los analistas consideran que a tres años de haber asumido su encargo sexenal, Peña sufre un desgaste comparable al que sus antecesores sufrían al final de su administración.
«El vaso de satisfactores que ofreció a la población está medio lleno con sus reformas y obras. No obstante, la otra mitad esta todavía vacía. La brecha de la desigualdad se profundiza cada día: una minoría goza de lo superfluo y millones carecen de lo necesario», afirmó el empresario Fausto Cantú.
El relevamiento es especialmente revelador en materia de corrupción, por cuanto crece la cifra de los ciudadanos que creen que la corrupción en el gobierno federal va en aumento, al pasar de 36 por ciento en marzo pasado al 42 por ciento en la actualidad, mientras que la cifra de quienes creen que ha disminuido se ubica en apenas el 9 por ciento, contra 11 de hace ocho meses.
Su impopularidad alcanzó su pico más alto entre abril y julio pasado cuando llegó a un nivel sin precedentes del 58 por ciento
Sobre la forma el que Peña está abordando los distintos temas de la agenda pública, el sector mejor calificado es el de la educación, con un 35 por ciento de opiniones favorables, pero en seguridad la cifra de puntos de vista positivos baja a 24 por ciento, en economía y empleo a un 23 por ciento, en combate a la pobreza a un 22 por ciento y en lucha anticorrupción a un 18 por ciento.
A pesar de su impopularidad, Peña Nieto se ubica a media tabla entre los mandatarios con mejor imagen en América Latina, según una encuesta de la firma Consulta Mitofski publicada en agosto pasado, liderada por el dominicano Danilo Medina (89 por ciento) y el boliviano Evo Morales (75 por ciento).
El mandatario mexicano (con 39 por ciento) está por abajo apenas de Cristina Fernández (que en nueve días cede el poder al empresario Mauricio Macri, con 40 por ciento) y de Barack Obama (46 por ciento), pero muy por encima de la chilena Michelle Bachelet (29 por ciento) y de la brasileña Dilma Roussef (10 por ciento), la última de la tabla.
Peña inició su gestión en diciembre del 2012 con una alta aprobación del 50 por ciento (contra 30 por ciento de desaprobación) impulsada por una ola de reformas en materias energética, fiscal, de telecomunicaciones y educativa.
Sin embargo, el rechazo aumentó al paso de los meses hasta igualarse al nivel de opiniones positivas en agosto del 2014, pero su popularidad se mantuvo hasta hace un año, cuando comenzó un declive que recién se revirtió.
Su impopularidad alcanzó su pico más alto entre abril y julio pasado cuando llegó a un nivel sin precedentes del 58 por ciento.
Los expertos creen que el desplome de su imagen se debió primero a la desaparición el 26 de septiembre pasado de 43 estudiantes en Iguala, estado de Guerrero, y el escándalo que generaron las revelaciones de que su esposa Angélica Rivera compró a un contratista gubernamental una lujosa mansión en un barrio exclusivo de la capital.
La residencia estaba valuada en siete millones de dólares a un precio de sólo cuatro millones, lo que desató la indignación pública y obligó a la primera dama a venderla, aunque una investigación del ministerio de la Función Pública llegó a la conclusión de que no hubo corrupción ni conflicto de intereses en el caso.
Desde París, donde asiste a la Cumbre del Clima, al cumplir tres años como presidente, Peña Nieto subrayó su compromiso de trabajar «por un México en paz, incluyente, con educación de calidad, próspero y con responsabilidad global».